21 POEMAS DE MIERDA | GARABATO

Fue poca
Rozó la extenuación
Dura cual roca
Nocturna decepción

Volcán invertido
Nervioso retortijón
En líquido convertido
Estalla el cañón

Pequeña, triste y desvalida
Ella acepta su partida

Y como en una fantasía
Ya es la cuarta en este día
Pareciera hechicería

Tan caliente
Maloliente
Se desploma
Inerte
La plomiza paloma
Es el día de su muerte

Fecal
Hediondo olor divino
Rectal
Cumple con su destino
Abdominal
Pone su sello clandestino

Carnoso colgante
Péndulo errante
Alivias mis entrañas
Salpicas aguas claras
Salto de trampolín
Ya te ha llegado el fin

Como lluvia en verano
Como el sol en la montaña
Es ya tan ansiada…
Recta sutil hacia mi ano
El fecal fruto de mis entrañas
Fue tan esperada…

Si lo bello es poesía
Si lo soez es porquería
Y la última, por porquería
No se merecía
En algún modo poesía
Hago soez la poesía
Para que lo que no merecía
Tenga al menos un poema
Que alivie su pena
Y aunque soez sea el tema
Lo soez se haga lema
(Aunque espero que no enema)

De la mar el mero
De la tierra el cordero
Aunque al fin sin pero
Todos los manjares, enteros
Acaban pasto de peloteros

Si la caca fuera oro
Todos tendríamos un tesoro

Diarrea extrema
Este es el tema
Intestinos cabrones
Rujen como leones

El mejor alivio

Es el beso tibio

Nalga y tazas

Que se enlazan

Tierna comunión

Para esta evacuación

De troncos de blanda madera

Sin su copa verde entera

Nacen inversos, de arriba a abajo

Nada por mares y ríos como el tajo

Lampreas sin vida

Hijas de tu anal herida.

Qué incómodo es el andar
Cuando aúlla el mal cagar
No hay lugar bueno cerca
No viene nadie, estate alerta
Dos escondidos matojos
No hay por aquí más ojos
Presto echas la mercancía
Mal augurio ¿Qué te decía?
Justo pasa una pareja
Te miran con maldad de vieja
Lo dejas ahí en el suelo
No te quedan pañuelos
Acabas acelerado la faena
A ver si en casa encuentras tela.

Y como si fuera un cuento
Hoy me encuentro
Limpio por dentro
Todo una pena
Que quede sucio por fuera

Músculos tensos
Intentan escapar
Suspiros inversos
¡Baño! necesito entrar

Apretón salvaje
Se eriza el pelaje
Relax y salvación
Termina la actuación

Sale en fila al descomer
Feliz te deja al descender
No hay comparable placer
Que en tales campos lo pueda vencer

Tan querida como esperada
Como incierta su llegada
Se hizo carne el despojo
Culpa de mis pasados antojos
Creía que nunca volverías
A pasar por mis estrías
A tu eterno retorno
A salir de mi horno

Duras, blandas
Finas, anchas
Oscuras, claras
Sin distinción
Sin más condición
El poder igualador
De la defecación

Mate frío
Mata en caliente
Por el orificio
Surtido vehemente
No hay papel
Que aguante esto
Saco hasta hiel
Tan descompuesto

GARABATO

A UN TENDAL | PEPE MONTESERÍN

Las sábanas ocupaban
la cuerda más distante del sol
y se proyectaban en ellas sombras menores,
que goteaban delante en catenarias paralelas.

Aquella ropa, que abrigaba
los sueños de una mujer y excitaba los ajenos,
blusas caraguatá, pingos de filipichín,
párvulos triángulos de seda e hipotenusa carmesí,
sufrieron una noche acoso y frenesí.

Obligada a defender
su clave de sol, presta intercaló
en el pentagrama un do bemol y un mi,
o sea, un calzón de pana y un tahalí.
Fue bastante para que pasaran años
sin que la pantalla de lino reflejase
viñetas ajenas al paso del tiempo y al acoso violento;
hasta que un siroco enredó
el chamelotón con la caniquí
y la parrilla dio en airear ropa infantil.

A la sazón, el pañal ocupó el tendal;
pito pito gorgorito, lo puso en danza y,
ajó ajó, lo sanseacabó.
Los hijos nos hacen viejos.

Hoy, un pañuelo desteñido, cuando hay ventolera,
dice adiós prendido en dedos de madera.

PEPE MONTESERÍN

LAS MOSCAS | *ANTONIO MACHADO + *ROBERT HOOKE

Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,

—que todo es volar—, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales…
Moscas de todas las horas,

de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,

de siempre… Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado

sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.

*ANTONIO MACHADO

(ILUSTRACIÓN POR *ROBERT HOOKE)

COSQUILLAS | ANDREA ANGELINA

Me ha sorprendido,

¿Habrá cosa más seria,

Que pudiera dejaros con los ojos tan abiertos y la boca tan chica?

Veis la noticia, como un vaticinio,

Como una tragicomedia.

Tan poca verdad, tan mal invertida.

La cabeza me sirve de comida,

A lo fideo chino.

Desparramada, caída libre.

Aprobando la subsistencia, satisfecha entre tanta selva, tanta soga.

Dándome caprichos así,

Que no pasan todos los días, se masca la tragedia.

¿Tú de quién eres?

¿De dónde te has escapado que me pilla aquí perdía?

Inventando teorías que cambien la historia,

Y aún estando tranquila.

ANDREA ANGELINA