[ ] | GUILLERMO ALEGRE

Me quedaré regando mi alma

para ver si reverdece.

 

Quizá la existencia venga del rayo

que separe mi sombra en dos

y sólo la lluvia

sea el pegamento del delirio.

 

Quizá rechace la inmediatez

para renacer la incertidumbre

que cesa el corazón,

la libertad de expresión

y la combustión de los suburbios.

 

Me quedaré la duda de la cuestión

para ver cómo me afectan

tus hechizos.

 

Me quedaré cuestionando la duda

para ver cómo escuece.

GUILLERMO ALEGRE

ME QUITO | ANDRÉS SÁNCHEZ

Me voy a quitar la vida.

Esta vida.

 

Me voy a quitar la mirada sucia.

Me voy a quitar el cabreo instante.

Me voy a quitar la culpa perpetua.

Me voy a quitar el miedo a ser.

Me voy a quitar a la gente tóxica.

 

Me voy a quitar de en medio de esta carretera donde los accidentes son por selfies y no por velocidad.

 

Me voy a quitar del espejo y voy a romper todo aquel objeto que se use para masturbar el ego.

 

Me voy a quitar de delante.

Me voy a quitar de detrás.

Me voy a quitar de hacer daño.

Me voy a quitar de dejar pasar la vida sin saborearla.

 

Me voy a quitar de aguantar a quien no respeta.

 

Me voy a quitar de pensamientos heredados del tubo.

 

Me voy a quitar de palabras nacidas de tu voz y tus golpes.

 

Me voy a quitar cualquier vestido que me pongan.

Me voy a quitar la piel que habito, para habitar mi piel.

Me voy a quitar la última peli de, el último disco de, el último gol de…

 

Me voy a quitar la ropa y voy a besarte.

 

Me voy a quitar de rumores, dimes y diretes.

Me voy a quitar de al lado de los que siempre la culpan a ella, de los que siempre les culpan a ellos, de los que nunca se culpan.

 

Me voy a quitar las máscaras para ser barato y honesto.

Me voy a quitar de callar y ser parte de la brutalidad.

Me voy a quitar la CNN para poder llorar, por fin, desconsoladamente.

 

Me voy a quitar.

Me voy a quitar la vida.

Esta vida.

 

Porque tengo muchas cosas que ponerme y no tengo hueco en el armario para tanta mentira.

ANDRÉS SÁNCHEZ

2:33 | ANA PALANIUK

Como dijo Pedro Andreu:

 

“Quién me abrirá el estómago

que todavía duele

tan a ti en ocasiones”.

 

Aún sigo buscando mar por las ventanas

como si fuera a aparecer en esta cochina ciudad

un poco de luz

para ver si así resistimos otra mañana

un poco de calma

algo que no nos haga necesitar aferrarnos

a cada irresoluta, fría y lisérgica madrugada.

 

Vuelven a zarpear los cristales de los ojos todos los cuervos que no fueron capaces de extirparlos y yo no sé si abrazarme al hielo o si dejarme caer como un Iceberg más.

 

Ya sabes,

23 metros de altura,

23 meses de hospital,

23, jueves, te marchas,

2:33, cada vez que te dejas observar

(intachable témpano de noche, yo tampoco lo puedo olvidar).

 

Propón a la muchacha del espejo que se largue,

aquí no tiene nada que hacer.

Hace mucho que no la quisimos,

tampoco he sido capaz de llegarla a reconocer.

Quizá haga un poco más de frío.

Quizá, solo quizá,

la vida que queramos y la que tengamos

persista y fluya,

como tu piel y todos esos ríos

que un día escapan de tu boca

cuando tus ganas y mi ausencia de dudas

chocan en el mismo camino,

cuando te descubro los ojos

y pienso:

 

“No eres mío

pero quédate,

joder,

desde que estás aquí,

sonrío”.

ANA PALANIUK

VISTAS DE CAMINOS | PABLO P. LAVILLA

Llueve. Ahí fuera llueve. Y truena. En mi pieza hay noche cerrada y yo cierro los ojos y no veo nada; los abro y no veo nada. No me gusta no ver así que me pongo a mirar hacia dentro. Hace tiempo que no lo hago y, por lo que veo, más tiempo del que creía.

Analizo lo que veo y no, no está mal pero algo falla, algo cojea. Veo que por dentro está la cosa bien pero algo no cuadra. Pienso y ya lo tengo. Lo que está mal es mi vistahaciadentro. Sí, me doy cuenta que no veo bien. Sobre todo de futuro. Pasado lo veo bien aunque cada vez más borroso, pero eso no importa. Mucho. De presente si estoy bien. Lo veo todo bien claro, bien hermoso. Lo disfruto. Pero de futuro nada. Cada vez menos. Cuando quiero enfocar sólo veo infinitas líneas cruzándose entre ellas y llevando cada una a infinitos destinos diferentes. Y se me complica.

Se me complica porque a veces, cada vez más, mi cerebro se sale de su recipiente que es mi cráneo y piensa por sí sólo y ahora le da por intentar ver de futuro y elegir uno de los destinos. La ingente cantidad de posibilidades de elegir dos veces consecutiva la misma meta me hace volar cada día a diferentes lugares. Todas las noches, desde hace un tiempo, me voy a la cama con un destino nuevo y despierto con un destino diferente. Así no hay quien camine. O avance. Sí, mejor dicho, avance.

Y la cosa es que esto me pasa desde hace un buen tiempo pero yo pensaba que era por otras cosas y no. No. El problema es que no veo bien de futuro. Y eso me preocupa. Me preocupa porque, como digo unas líneas atrás, me dificulta avanzar. Aunque en realidad, por ahora, no lo ha dificultado pero tenemos que tener en cuenta que todos los verbos que conjugamos en futuro acabamos conjugándolos en presente.

Y así ando ahora. Caminando a la deriva, sin saber no sólo a donde voy sino no sabiendo si avanzo o si retrocedo. O incluso si estoy dando vueltas en un mismo punto desde hace meses. Esta última tiene bastante sentido. En los últimos tiempos, de repente, hay veces que todo da vueltas. Pero no marea. Es una sensación genial. Todo gira menos tú. O al revés. Y es entonces cuando crees que eres un astronauta en medio del universo jugando con la gravedad.

Cierro los ojos otra vez y descubro algo nuevo: ningún destino se ve bien, todos están borrosos. He ahí la cuestión. No es que yo vea mal de futuro es que los destinos no se ven hasta que se llega a ellos. Ahora entiendo todo. Casi todo. Bueno; algo. La vida es caminar entre millones de sendas sin preguntar cuánto falta para llegar. No hay metas. Los destinos los inventas tú. Dejo el texto y me voy a inventar. O a soñar que dirían otros.

PABLO P. LAVILLA