EL ULAM | PABLO LAVILLA + *RALPH STEADMAN

*RALPH STEADMAN

Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde conseguí este ulam, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó el pasado invierno. Es una historia estupenda.

Estábamos yo, Guibo, y mis tres drugos Alfrodo, Morselo y el Varano, que realmente era un varano de Komodo, sentados en el bar Pancró, exprimiéndonos los rasudoques y decidiendo qué podríamos hacer esa noche, en un invierno tórrido y aciago, cuando por la puerta apareció el Coronel Mostaza y sus secuaces.

CORONEL MOSTAZA: ¡Ahí está!¡Prendedle!

SECUACES: ¿A cuál?

CORONEL MOSTAZA: ¡A ése!

Los secuaces del Coronel Mostaza se abalanzaron contra nosotros armados con cimitarras y muy mala cara. Morselo dijo:

MORSELO: ¡Fuegodoro!

Y el Varano escupió un chorro de baba flamable sobre los enemigos. Yo caí presa del pánico por no haber asistido a los ensayos y me hice el muerto, pero Alfrodo, que conocía la estrategia, arrojó un cigarro encendido y certero a los secuaces del Coronel Mostaza, y así murieron calcinados.

CORONEL MOSTAZA: ¡Maldición!

El Coronel Mostaza sacó su pistola reglamentaria y disparó a Alfrodo, acertándole en el cuello. Alfrodo gritó:

ALFRODO: ¡Ulam!

Y cayó muerto.

Morselo, lleno de cólera, agarró la botella de fuegodoro y practicó con ella una espantosa herida en la cabeza del coronel, dejándolo casi muerto.

YO DIJE: ¿Qué ocurre?

MORSELO: Mató a Alfrodo.

Y YO: ¿Y ahora qué hacemos?

VARANO: Vayamos a jalar una vaca o algo.

MORSELO: No. Tenemos que esperar a que éste se despierte para interrogarle. Buscaba a Alfrodo por algo y vamos a averiguarlo. Tú, Varano, vigílale, que no se escape. Y tú, Guibo, registra a Alfrodo por si encuentras alguna pista.

YO: ¿Y tú?

MORSELO: Fuegodoro.

Miré en los bolsillos de Alfrodo y no encontré más que un puñado de monedas y pañuelos de papel usados. Le dije a Morselo:

LE DIJE: No lleva nada encima.

Y Morselo, con los labios sucios de fuegodoro, me dijo:

MORSELO: Pues entonces busca dentro.

Y YO EN PLAN: ¿Cómo dentro? ¿Dentro?

MORSELO: Mira en su culo.

Y efectivamente, en su culo, Alfrodo escondía un ulam.

MORSELO: ¡Por todos los yarboclos! ¡Un ulam nuevecito!

YO: Bueno, más bien semiusado.

MORSELO: ¡Con razón lo querían muerto! ¡Un ulam! ¿Te das cuenta? ¡Por un ulam yo mataba hasta a mi padre!

Y YO: Ya, pero… ¿Cómo se usa?

En eso que el Coronel Mostaza despierta y grita:

CORONEL MOSTAZA: ¡Soltadme, hijos de puta!

Y el Varano le da una dentellada en la garganta que lo deja muerto.

MORSELO: ¡Varano idiota! ¡Queríamos que nos dijera por qué buscaban a Alfrodo!

VARANO: ¿No le buscaba por el ulam?

Y MORSELO: Ay, pues es verdad.

ENTONCES YO: ¿Y ahora qué hacemos?

VARANO: ¿Vamos a jalarnos el cadáver de éste o qué?

MORSELO: No. Antes tenemos que determinar quién se queda con el ulam.

YO PROPUSE: ¿Lo compartimos?

MORSELO: ¡Es un ulam, maldita sea! ¡No se puede partir en tres partes! ¡Ni siquiera se puede partir en una parte!

VARANO: Yo me quedo con el cadáver, que está fresco.

MORSELO: Entonces sólo quedamos tú y yo.

Y YO: ¿Quién, yo?

MORSELO: Sí, tú. Nos lo jugaremos a muerte.

YO DIJE: ¡Qué me dices!

MORSELO: Te lo digo. Y agradece que te doy una oportunidad. Yo maté al Coronel Mostaza y debería ser el que se quedara con el ulam por derecho.

Y YO: ¡Tú sólo lo noqueaste! ¡Fui yo quien sacó el ulam del culo de Alfrodo! ¡Me lo quedo yo!

MORSELO: ¡Pero si ni siquiera sabes lo que es!

VARANO: ¡Este páncreas es delicioso!

Y YO: Si no quieres compartirlo o me lo quedo yo o lo rompo.

MORSELO: No te atreves.

Agité el ulam sobre la cabeza de Morselo y le reté a cogerlo.

LE DIJE: ¡Agárralo si llegas, cabezahueca!

Y Morselo me tiró un puntapié a los yarboclos, dejándome casi muerto. Dijo:

MORSELO: Pues te quedas sin ulam, idiota.

Me quitó el ulam, lo metió en su culo y huyó para siempre.

PABLO LAVILLA

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