TERAPIA | NOELIA C. BUENO

Mi terapeuta me dice que agile

Que agite el verso dormido y saque lustre a la inquina

Me dice que escriba

Que tache, que trabe, destrabe y persista

 

Mi terapeuta es enjuta, escasa

De cuerpo ventrudo y pecho de tabla

Me dice, desdice, se contradice y… ¡ras!

Baja al renglón siguiente

 

¡Pero vaya niña impertinente!

Se ponen las uñas blancas

De tanto apretar contra mí las palabras

¡Pero vaya muchacha insolente!

De tanto aguantarme la rabia

 

Desde el otro lado del muro

Mi terapeuta me dicta silencio, distancia

Espacio entre cada punzada

Espacio entre cada picada

Espacio entre bocanadas

Espacio para que no me aturulle

Para que deje correr lo que dentro fluye

 

A veces me sueño con ella

Su busto seco, su despeluje

Su cadera escurrida, su mandíbula prominente

Y en un sobresalto despierto

Caigo de bruces y hago frente a la réplica de un reflejo

Que me devuelve una realidad inclemente

Una verdad que no atisbo, que no guipo

Que no quiero aceptar

 

Mi terapeuta tiene las articulaciones laxas

De tanto estirar hacia mí las palabras

Su forma es la de esta muñeca que baila

Su pulso, el de este corazón con tembleque

 

Mi terapeuta me corrige las faltas

Me espolea el ánimo

Me inflige constancia

Y grita desde el otro lado del diván

¡Venga, muchacha, que tienes mucho potencial!

 

Y yo que ya no distingo qué forma, qué culpa, qué sed

Qué excusa me corresponde

Ya no sé si es ella, o yo, o… ¿qué quieres de mí?

¿Qué sombra?, ¿qué embrujo, ¿qué me has hecho?

¡Con la punta de ese lápiz me estás quemando el pecho!

Yo que ya veo inútil siquiera chistar

La dejo hacer, salto de una vez al ruedo y me pongo a jugar.

NOELIA C. BUENO